Que satisfacción me da ver el crecimiento profesional de un/a amigo/a. Después de verlos trabajar y esforzarse.
La envidia me es un gen muy ajeno y lejano.
Ayuno de la pasión de la competencia, por el solo hecho de la competencia. Necesito algun objetivo mucho mas profundo para subirme a esa empresa.
Admiro a quien en contra de mí, practicando un deporte despliega sus habilidades.
Disfruto con la pasión de quién al lado mío en una lancha clava un dorado.
Y por sobre todas las cosas aprendí a no culpar a la suerte ni al destino.
Cuanto mas practico, mas investigo, mas escucho mas aprendo, mas "suerte tengo".
Aprendí que es mentira, eso de que "los pescadores se guardan sus secretos" conozco a varios que casi a diario, y ante una pregunta, me dedican parte de su tiempo a explicarme algo. Y nada me da más placer que aprender algo nuevo. Me dejó de dar vergüenza preguntar, hace bastante.
Así aprendí a disfrutar del fútbol. De la pesca. Y otras cosas.
Elijo a mis amigos a tipos que les gustan las mismas cosas que a mi. Que entienden el fanatismo solo como método de un juego de ida y vuelta de chistes y gracia.
Y por sobre todo, de un tiempo a esta parte acepto y respeto a quién no ve las cosas así. Ni cuestiono, ni juzgo. No soy quién. Solo me lamento que pierdan la sonrisa al límite de la indignación en momentos que solo por el hecho de estar practicando una actividad, debería ser suficiente motivo de felicidad.
Siempre quiero ganar. Pero divirtiendome y disfrutandolo.
Y si me toca. Prefiero mil veces la derrota con amigos. A una victoria formando parte de un grupo de desconocidos indeseables.
Perdon por el atrevimiento.
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