viernes, 26 de febrero de 2010

Recetas Médicas

   Sentado en el sillón de cuero antiguo del consultorio del médico, lo miro atento, me devuelve la mirada, por sobre sus lentes, apenas apoyados sobre su nariz.
Mientras me cuenta otras cosas, escribe una receta. Garabatos increíbles, formas ininteligibles, líneas de tinta parecidas a un electrocardiograma; me la entrega, la miro unos segundos, solo descifro “cada 8 horas” y los puntos. Otra vez iré resignado, derrotado, y sintiéndome analfabeto, llegaré al mostrador de la farmacia, limitándome solo a entregarle la receta con gesto de incertidumbre, al rato claro, me enteraré por fin que es lo que me ha tocado en suerte.

Mas de una vez, pregunté cual era el motivo porque los médicos garabatearan las recetas, años de apuntes en la facultad; apuro; costumbre. No lo sé, ni creo alguna de estas cosas, creo que escribir garabatos en las recetas se ha vuelto una marca distintiva de los médicos.

Será medico no solo quien este habilitado para ejercer, sino, quien tenga mas de una lapicera en el bolsillo del guardapolvos, quien tenga colgando un estetoscopio del cuello, deberán mostrar con orgullo lo que son, en la calle, con su guardapolvo desabrochado de aparente blanco inmaculado, almorzaran, caminaran entre el smog de la ciudad, luego con el mismo guardapolvo; volverán el consultorio.

Y nosotros los pacientes? Que?