miércoles, 24 de junio de 2009

EL BAR, ENCUENTRO Y DESENGAÑO

Mas de una vez he fantaseado con la idea de un Bar, un bar lúgubre, penumbroso, pero no por eso menos atractivo, emplazado en las cercanías de algunos puntos de encuentros amorosos, que abriera sus puertas digamos….a las seis de la mañana y hasta, pongamos por caso las diez; y cuyo nombre fuera por ejemplo, “es lo que hay”, ó “peor es dormir solo” en donde los concurrentes dejaran las pretensiones de lado, un poco por propia justicia y objetividad y otro poco por el horario.

Un día llego a mis manos este cuento, del gran Alejandro Dolina, que voy a compartir con ustedes…

Hay un bar tan oscuro que su descripción es casi imposible. Algunos opinan que en el salón principal se baila al son de una música estridente y horrorosa. Hay, evidentemente, unos bultos oscuros que se mueven con cierta regularidad. Muchos hombres sin preferencias se acercan a ese bar porque han oído decir que los trámites amorosos son simples y perentorios. La verdad es que el pésimo licor, la crueldad del sonido, la estrechez y las tinieblas perturban la percepción hasta tornarla casi nula. El defecto y la virtud son conceptos imposibles en ese antro.

En el piso superior hay unos reservados a los que las sombras acceden no bien se les despierta la lujuria. Allí, la oscuridad íntima es de la misma naturaleza que la penumbra colectiva. La música es todavía más fuerte y ante la imposibilidad de palabras confidenciales, las parejas sólo se comunican por el tacto, el sexo ó el alcohol.

Cada media hora, los hombres están obligados a salir del reservado para pagar en la caja el derecho a un nuevo periodo. Esta maniobra se hace con gran estrépito y en medio de empujones y estampidas. Al regreso, estos seres obnubilados suelen equivocarse de puerta y con toda frecuencia se meten en otro reservado.
Sin embargo, nadie advierte estas confusiones, o nadie se molesta en corregirlas, y las nuevas parejas prosiguen su actividad haciendo suyos los pasados ajenos.

El cuento es de Alejandro Dolina, lleva por título “un bar” pertenece al libro -Bar del Infierno- editorial Planeta, 2005.

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